(Alguna experiencia la marcó sin que por ello se sintiera obligada a desterrar sus ansias de continuar; aquella vez, si es que existió tal, sus entrepiernas se llenaron de lágrimas rojas y sus espacios, que merecieron un tiempo atrás la total reverencia de otros mortales lejos ya de su presencia, optaron por congelarse y por adoptar el rechazo al calor. Entonces no hubo consuelo que sirviera para su espanto, ni caricias, ni retenciones de bondad perpetua.)
Frígida
Publicadas por
Miuler Vásquez
on domingo, noviembre 09, 2008
Etiquetas:
Frígida,
Relatos cortos
0 comentarios:
Publicar un comentario
Deja un comentario